Margarita es un pueblo de alrededor de 4.500 habitantes del noreste santafesino. En este lugar la cooperativa de servicios públicos llevó adelante junto a la Fundación COLSECOR el Relevamiento Social Comunitario.
Es el segundo año que la entidad participa del proyecto, busca recabar información de la localidad que sea la base de proyectos que promuevan el desarrollo local y mejoren la vida de sus habitantes. Los datos son registrados por los referentes locales, que son integrantes de la comunidad designados por las cooperativas para realizar esta labor.
María del Carmen Eceiza es quien estuvo a cargo del trabajo de campo en Margarita. El año pasado realizó la primera experiencia, donde indagó sobre la infraestructura económica y este año avanzó en la segunda etapa, orientada a la información sobre educación, salud, cultura y deporte.
Sobre esta última experiencia se refirió al indicar que “con respecto a los datos vinculados a la cultura, me llamó la atención la diversidad de talleres que se dictan en la biblioteca municipal y el centro de jubilados (hoy todos en pausa por la pandemia). En relación a los deportes, la propuesta de los dos clubes es muy variada y se ha llegado a participar en competencias locales, zonales y provinciales, algo muy interesante para un pueblo chico como el nuestro”.
La referente local, que además es docente jubilada, sostuvo además que “en el sector educativo, si bien este año prácticamente no hubo clases presenciales, visité la institución y entrevisté al personal directivo, que junto a docentes, padres y alumnos, pudieron llevar adelante el desafío de enseñar y aprender a distancia”.
Con respecto al área de salud, María del Carmen, que también preside la comisión ejecutiva del Samco local (Sistema para la Atención Médica de la Comunidad), sostuvo que “este año puso en evidencia las fortalezas y debilidades que tenemos en Margarita en el área de salud. Me llamó la atención el despliegue de recursos humanos y materiales para hacer frente a la pandemia. La fortaleza que encontré fue la predisposición del personal para capacitarse y adaptarse a los nuevos protocolos relacionados a la prevención y atención del Covid-19. Entre las debilidades hubo que abordar el tema de las instalaciones, que fueron rediseñadas y adecuadas”.
Finalmente, se refirió al trabajo de campo en tiempos de pandemia “fue un desafío interesante, resalto la colaboración del personal de la comuna y de Liliana Grill de Cosemar, que me ayudó mucho con la carga de los datos. El Relevamiento Social Comunitario ayuda a pensar el futuro de nuestros pueblos. Es útil para saber dónde estamos parados, quiénes somos, hacia dónde podemos ir y qué queremos para nuestro futuro”.
El trabajo de campo del Relevamiento Social Comunitario se realizó entre junio y agosto. Actualmente se están elaborando los informes finales, que serán entregados a cada cooperativa durante los últimos meses del año, para que puedan compartirlos con las instituciones locales y los habitantes de su localidad. El objetivo es contar con datos actualizados que sean las bases de futuros proyectos que contribuyan al desarrollo local.