Diálogos institucionales

Fernando Peirano: "La economía del conocimiento es una gran oportunidad que la Argentina ya recorre"

El presidente de la Agencia I+D+i dialogó con la Fundación COLSECOR y destacó el desarrollo local de software y en el campo de la Inteligencia artificial. "Hoy las cooperativas tienen las puertas abiertas, tenemos líneas específicas para alentar la innovación en ese sector".

DIÁLOGOS fpeirano 2
DIÁLOGOS fpeirano 2 Agencia I&D

Fernando Peirano es economista, investigador y docente universitario y actual presidente de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (I+D+i). En esta oportunidad Alberto Calvo, del área de relaciones Institucionales de la Fundación COLSECOR, consersó sobre los desafíos a los que enfrenta la Argentina en la industria de la economía del conocimiento con proyección global. "Es necesario saber de software y algo más, y Argentina ya lo está haciendo", afirma Peirano. ¿Cómo y por qué las cooperativas pueden formar parte de ese espacio dinámico y productivo?  Inteligencia artificial y satélites: un club selecto del que nuestro país ya forma parte.

 

Calvo: La economía del conocimiento forma parte de la generación de soluciones que apuntan al bien común. Esto habla de un un modelo organizativo, que se puede considerar en el marco global, con impacto en los distintos niveles de las actividades económicas. ¿Cómo desde la agencia, desde tu liderazgo allí, ves esta dinámica en Argentina?

Peirano: En primer lugar, la economía del conocimiento es una economía donde los datos tienen un protagonismo enorme y, junto con los datos, una nueva plataforma tecnológica que está transformando las funciones en el mundo del trabajo, transformando los actores que protagonizan los eslabones con más valor agregado en lo económico, y están poniendo desafíos nuevos para los bienes públicos, en especial para el ámbito de la educación y el rol del Estado en ese juego. Argentina es un país que tiene un buen perfil para participar de esta economía del conocimiento. De hecho, lo estamos haciendo. Hoy es el tercer sector generador de divisas. El año pasado fueron más de 7.800 millones de dólares que se generaron por la venta de servicios de empresa a empresa. Hay todo un mundo de servicios empresariales que se pueden brindar de manera remota y Argentina tiene compañías líderes en asistir a otras compañías en esto. Esto hace que la economía del conocimiento sea, además de un lugar para programadores, para quienes están desarrollando software y servicio mucho más vinculados a las tecnologías de información, también un espacio y una oportunidad de trabajo para contadores, administradores de empresas, ingenieros, médicos, incluso. Así que hay toda una serie de un sector que tiene más de 4.000 empresas medianas y grandes y también freelance de software y desarrollo de aplicaciones y después tenemos sectores emergentes que deberíamos promover, como son las industrias culturales, los videojuegos, donde las oportunidades de agregar valor son incluso mucho más grandes. 

Decía que hay un juego distinto, también, en actores, porque está generando una polarización en la estructura económica. Estas economías de datos, economía basada en el conocimiento, genera que haya grandes corporaciones estructurantes de las relaciones económicas y un conjunto de pequeñas empresas que, por ser pequeñas no son empresas débiles o que no pueden generar altos valores. Lo que está desapareciendo es esa empresa mediana en estructuras de cadenas de valor, que estaban mucho más parejas en la imposición de reglas y esto lleva a un rol del Estado: cómo regular y cómo promover esto, porque tiene un carácter multinacional, es de muchos sentidos global, se puede utilizar incluso hasta otra moneda, vimos el rol de los bitcoins muchas veces como el recurso de remuneración del freelance que participa en esto. Argentina tiene el desafío de armar compañías y de armar proyectos grandes para poder superar algunas barreras que tenemos en nuestra inserción internacional. Nosotros, desorganizadamente y sólo ofreciendo horas hombre, horas mujer en proyectos ajenos de otros, somos un país que difícilmente pueda superar un techo de proyectos de 40 dólares la hora, y esto nos ubica en una competencia a la par de India, de China, de otros países que también ofrecen y, en mayor cantidad, oferta de servicios y de horas. Argentina tiene que aspirar al segundo escalón, los proyectos que se remuneran aproximadamente entre 100 y 120 dólares la hora, pero, para entrar en ese segmento, es necesario saber de software y saber de algo más. Por ejemplo, Argentina lo está haciendo, en menor medida, pero lo ha podido confirmar, cuando nosotros desarrollamos software para maquinaria agrícola, cuando desarrollamos software para equipamiento médico, cuando desarrollamos software para mejorar la educación; ahí estamos combinando el saber propio del software con el saber hacer maquinaria agrícola, cómo trabaja una máquina, qué necesidades tiene que atender, una historia de salud pública cuando hablamos de equipamiento médico, con una tradición innovativa en aspectos de la educación y de la inclusión para la educación, así que tenemos que poder combinar al menos dos saberes para tener un valor agregado distintivo. 

 

Cooperativas e Innovación

Calvo: En ese marco de lo que estás planteando, ¿qué posibilidades de inserción ves del modelo de la empresa cooperativa? Y expando un poco la pregunta, a partir de reflexiones que has tenido: en la necesidad de de-construir cierta imagen de ineficiencia de las empresas de orden público, de los distintos estados, sean provinciales, municipales o nacional, ¿qué espacio de oportunidades hay para el modelo cooperativo y de desarrollo de empresas de orden público?

Peirano: Planteamos que había un cambio en la organización de los espacios donde se genera valor en la economía y que era un espacio que se estaba redefiniendo, también, en términos de los actores que participan. Generalmente las cooperativas, por ejemplo, de profesionales del software, que están agrupadas en FACTTIC, hoy ya están participando a la par de cualquier otro modelo organizativo. Todos tenemos que estar abiertos a entender que el modelo organizativo en esta etapa, en este sector de la economía del conocimiento, no está predefinido, hay una cierta tendencia y proyección de la vieja economía hacia la nueva economía. Pero también hay una oportunidad que se abre para explorar y organizar nuevas maneras de participación. No hay ningún empresario capitalista que tenga que organizar a los trabajadores de la economía del conocimiento del software; pueden auto-organizarse, pueden plantearse otras estructuras jurídicas. Por lo cual, veo que es una oportunidad con gran dinamismo que la Argentina la está recorriendo. El peso que tienen las cooperativas de software es muy importante dentro de nuestro sector industrial de servicios informáticos. Hace días atrás participe en Mar del Plata del encuentro anual de FACTTIC y, justamente conversábamos sobre esto, y así hablábamos de que el sector del software podría ser, también, para las industrias culturales, por qué no para diseñadores, por qué no, artistas, guionistas; el ambiente del videojuego, que compila un montón de habilidades. Puede ser un escenario propicio para que las cooperativas también sean un actor relevante. De hecho, estamos trabajando con el INAES para promover líneas de fomento a la innovación en cooperativas. Porque, antes, el Estado no las veía como actores del sistema de innovación, hasta esta gestión, en esta agencia que tiene como función promover la ciencia, la tecnología, la innovación, pero promoverlo en especial tendiendo un puente entre la actividad académica, científica y el ámbito de la producción. El vínculo se lo configuraba en torno a las pymes y no a las cooperativas y esto parece una diferencia semántica pero no lo es. En los reglamentos de esta agencia, se caracterizaba quienes venían a pedir ayuda por el número de empleados, por ejemplo. y una cooperativa, en términos estrictos, tiene participantes, socios, colaboradores, pero no tiene asalariados y, entonces, quedaban afuera por una mera decisión burocrática. Esto lo hemos cambiado. Hoy las cooperativas tienen las puertas abiertas, tenemos líneas específicas para alentar la innovación en cooperativas. 

DIÁLOGOS fpeirano 2
DIÁLOGOS- Fernando Peirano

Calvo: Y en esa reconsideración es que comenzamos a establecer el encuentro entre la agencia y la integración cooperativa COLSECOR. Así que, para nosotros, es celebratorio y nos genera mucha expectativa. ¿Cómo interactúa la Agencia con otros espacios del Estado que también tienen iniciativas en cuanto al fomento de la innovación y el desarrollo tecnológico? Y pienso también en las universidades. 

Peirano: Nosotros podríamos tener una situación de mínima que es tener un Ministerio de Ciencia y Tecnología que sea el ámbito donde esta agenda se despliega. Digo de mínima porque no está garantizado. Hemos visto un gobierno anterior donde desandó este camino, consideró que no había que tener Ministerio de Ciencia y Tecnología, y desatendió el presupuesto. ¿Qué implicó? un recorte muy grande y bloqueó los ingresos de nuevos investigadores al sistema. Esto se ha restituido, volvemos a tener esta estructura, pero realmente si queremos que esto tenga impacto, tenemos que aspirar a algo más. ¿Qué es ese algo más? Lograr que todos los ministerios se apoyen en la ciencia y la tecnología. Cuando el Ministerio de Ambiente tiene que avanzar con sus políticas, ¿cómo hacerlo sin recurrir al conocimiento científico y a nuevas soluciones tecnológicas? Pensemos el Ministerio de Salud, en medio de la pandemia, ¿cómo atender la crisis si no era con el auxilio de la orientación de los científicos y científicas? Cómo nuestra ciencia pudo generar test rápidos, que el mundo no los ofrecía; cómo desarrollamos implementos de protección como los barbijos o, en la actualidad, desarrollando una vacuna argentina frente al Covid, que no sólo nos va a permitir independencia en la estrategia de refuerzos y cuidados en el largo plazo, sino también es una oportunidad de exportación y es, sobre todo, una demostración de cómo las capacidades, que muchas veces están fragmentadas en el sistema argentino, desde la política pública se pueden ensamblar, unir y generar un resultado virtuoso. 

Todos los ministerios tendrían que tener un programa de energía, de I+D y donde el Ministerio de Ciencia y Tecnología, el CONICET, esta Agencia, las universidades, seamos asistentes para tener buenas acciones en esa materia. Esa es la transición a donde estamos yendo y la Agencia cumple un rol en estructurar esas acciones, plantear desafíos, movilizar al sistema universitario y de instituciones científicas, hacia esas agendas que son muy desafiantes, son difíciles, pero allí está el impacto real de lo que puede generar el conocimiento.

 

Un triángulo virtuoso y federal 

Calvo: En ese marco, si pienso en un modelo de éxito y de trayectoria de innovación y desarrollo tecnológico, inmediatamente pienso en la experiencia del INVAP, a mediados de la década de 1970, en la provincia de Río Negro. ¿cómo es la relación de la Agencia con los espacios de innovación y el desarrollo tecnológico, que existen de los estados provinciales?

Peirano: La vuelta de la democracia en 1983, trajo a la Argentina una novedad: que la ciencia argentina pasó a tener mucho más protagonismo en nuestro sistema de innovación que lo tecnológico. Hasta la década de 1980, la Argentina, seguramente, se destacaba no por su amplitud de sistema universitario, no por su amplitud de sistemas científicos y su sostén desde el Estado, sino en especial por el desarrollo tecnológico, la energía nuclear, primero; después, los satélites, los radares. Fueron posibles gracias al buen funcionamiento de un triángulo. ¿Qué triángulo? el triángulo entre la Comisión Nacional de Energía Atómica, el Instituto Balseiro, como un campus de formación de excelencia y el INVAP como empresa pública, en este caso una empresa provincial, con una capacidad de ingeniería, de hacer, de llevar las ideas a la práctica muy importante. Así Argentina tiene una rareza, un país exportador de reactores nucleares para energía, después de reactores nucleares para medicina, de equipamiento médico para tratamiento de cáncer y también ahora la producción de sus propios satélites y radares. Entonces, la verdad, es que ése es un triángulo virtuoso, que tiene en uno de los vértices a una empresa pública. Antes me preguntabas sobre las empresas públicas. Yo creo que las empresas públicas en la conversación organizada por los medios, muchas veces aparecen como sinónimos de problemas en déficit fiscal o problemas de transparencia, pero las empresas públicas también son líderes tecnológicos. Son empresas innovadoras que cubren segmentos que el mercado no podría cubrir. ¿Qué empresa privada se animaría a desarrollar energía nuclear o el desarrollo de un satélite? Tiene riesgos enormes, son procesos muy largos y muy complejos; si no está el soporte en el tiempo y la absorción de riesgo por parte del Estado, sería inviable, imposible. Argentina hoy tiene el desafío de combinar lo mejor que ha sabido construir a lo largo de décadas, la excelencia en ciencia con tres premios Nobeles, toda una escuela que viene como consecuencia de eso, en especial en salud, en biotecnología, con la excelencia en tecnologías muy complejas como, por ejemplo, las que señalaba en torno al INVAP. Podemos hacer algo de esto en materia del desafío de la economía digital, como vos planteabas, la inteligencia artificial puede ser un campo donde Argentina replique algo de lo que ha aprendido a hacer en materia nuclear o satelital. Porque un elemento clave en la economía digital, la economía del conocimiento, es la malla de satélites que hoy cubren al planeta. Bueno, Argentina ya forma parte de ese club, un club cuya invitación ha sido refrendada. hace pocos días: el director general de la NASA vino a sumar a la Argentina al convenio general con que ellos trabajan para la exploración del espacio. Argentina es reconocida en esto y tenemos que movernos hacia estos nuevos sectores económicos. Y en la tradición de los Premios Nóbeles, hoy tenemos a un sector de biotecnología muy dinámico, que genera nuevas empresas startups. Algunas pueden ser en modalidad cooperativa, ¿por qué no?  son empresas que están transformando, no solo la biología, también están transformando, en términos económicos, pesos en dólares, porque están generando una inversión en recursos humanos, en profesionales, en insumos argentinos, nuevas exportaciones, de manera directa o indirecta, que también le da una vitalidad a nuestra economía. Así que es un país donde hoy tenemos una macro sin duda muy restrictiva, con enormes problemas, que refleja también desaciertos del pasado reciente, un sobreendeudamiento muy notorio, pero también tenemos una microeconomía que se está reconfigurando en términos de actores, en términos de actividades, el impulso del petróleo y el gas, del litio, del hidrógeno, del campo argentino, de la biotecnología y, también, en términos geográficos, porque hoy creo que hay nuevos espacios productivos en Argentina que le dan un protagonismo al interior del país que antes no tenía y esto habla de una vitalidad donde no siempre el eje, entonces, el centro de gravedad, está en la ciudad de Buenos Aires y el AMBA. Yo creo que, con más valor agregado, subirnos a una ola de productividad que genera lo digital, la biotecnología, el aprovechamiento con valor agregado de los recursos naturales. Ese es un poco el desafío del momento, donde la ciencia, la tecnología y la innovación tiene mucho para decir.

Calvo: En esta reflexión que planteas Fernando es interesante remarcar que desde la Fundación COLSECOR creemos que el federalismo implica la generación de una mayor igualdad de oportunidades para, justamente, generar este equilibrio federal que vos establecías y que, de alguna manera, es una deuda histórica del Estado Nacional. Conectado con el punto sobre inteligencia artificial, su dinámica, desarrollo y el campo de oportunidades, ¿cómo estamos respecto a financiamientos específicos sobre inteligencia artificial, como motor de desarrollo productivo?

Peirano: Este tema, justamente, se da en un contexto de puja geopolítica muy grande. Y nosotros tenemos que ser muy astutos de cómo participamos en esto para no quedar enredados en esa disputa geopolítica, que va a licuar cualquier esfuerzo que hagamos y, al mismo tiempo, no perder el tren, tener un protagonismo con valor agregado con nuestro sello propio. Entonces, me parece que tenemos que identificar dónde están nuestras capacidades construidas a lo largo de la historia. Por eso, la promoción hoy en inteligencia artificial y ciencia de datos se enfoca en dos eslabones muy particulares de esta cadena, de esta actividad. en el que es muy tempranamente protagonista, el diseño de algoritmos. Cuando vamos a la conversación específica de cómo optimizar, diseñar estrategias de utilización de grandes volúmenes de datos, tenemos a la Universidad Nacional del Sur, con un protagonismo enorme desde sus contribuciones científicas, la de Córdoba, la Universidad del Centro, por nombrar algunas; también podría nombrar la de Rosario, del litoral, la UBA, etcétera. O sea, Hay un conjunto de universidades argentinas que ya participan en la conversación internacional sobre algoritmos. Tenemos que potenciar eso. Tener dominio propio de ese segmento temprano de la inteligencia artificial. Después tenemos que saltar al último eslabón, el de las aplicaciones y, en el medio, el eslabón de los motores de la inteligencia artificial generativa, estos chats GPT, que tanto asombran. Pero ahí está puesta la inversión de la puja geopolítica. Hay cheques de mil millones de dólares de un lado y del otro para avanzar en ese terreno. Nosotros nos tenemos que aprovechar de eso, montarnos sobre eso y ser buenos en las aplicaciones que lleguen a pymes y cooperativas que nada saben de inteligencia artificial, pero la pueden usar para mejorar la gestión de sus industrias. Tenemos que mejorar la logística, tenemos que hacer una revolución en materia de educación, cómo podemos utilizar esto para nivelar lo que pasa dentro de un aula para que todos tengan acceso a recursos parecidos y que los docentes cumplan su tarea, quizás, relajándose de algunas tareas rutinarias delegadas en estas nuevas herramientas y concentrando su esfuerzo en acciones más personalizadas en materia de educación. La verdad es que lo hicimos hace más de un siglo con Sarmiento, con la ley 1420 que unificó la educación primaria en Argentina, le puso un estándar alto para su época y ha sido uno de los factores de transformación de nuestra sociedad. Bueno, necesitamos hacerlo hoy de nuevo y quizás, porque no, soñar con tener un INVAP de las tecnologías digitales aplicadas a educación. Si tenemos una gran empresa pública que genera soluciones en materia nuclear o espacial, ¿no podemos tener una gran empresa pública que genere nuevas herramientas para modernizar nuestra educación? Tenemos que hacer algunas apuestas grandes para lograr transformaciones importantes y, como vos decías, hay que pensarlo en un país integrado, federal, donde hoy hay un empuje que viene del interior que hay que aprovechar y esto tiene que reflejarse, también, en los modelos de inversión, en los patrones de inversión del Estado nacional y dónde ir a buscar las buenas ideas. Tenemos que estar convencidos de que las buenas ideas no siempre están en Plaza de Mayo, que las buenas ideas pueden estar en cualquier lado del país, así que quizás hay modelos educativos, que ya se están aplicando en algunas provincias, que podrían ser la semilla para nacionalizar las experiencias.

Calvo: Es el gran desafío, Fernando. La última pregunta: ¿Qué capítulo representa para ustedes, en la gestión de la Agencia y de la promoción de los distintos proyectos, la cuestión del cambio climático y el desarrollo sostenible? 

Peirano: Tenemos dos modalidades de trabajo. una que denominamos basal, donde alentamos el semillero de la investigación básica y aplicada, y ahí tenemos alrededor de 6000 proyectos con 30.000 investigadores, que se estructuran a partir de hojas de ruta, de iniciativas, proyectos científicos que ellos presentan a la agencia, son evaluados, vemos si esa hipótesis científica que quieren verificar va acompañada de un método riguroso y, si esto está bien, son financiados y avanzan en sus investigaciones. Pero la Agencia también es un espacio para abrir nuevas agendas y ahí tenemos vectores estratégicos: transición energética y digital, y transición productiva, en términos de ir hacia una producción más verde, y se completa con la agenda de alimentos saludables, que también tiene que ver mucho con esta nueva clave del bienestar, lo ambiental, cómo vivimos en las ciudades, y también el tema de la salud, que engloba toda la economía de los cuidados. Entonces hay un espacio muy grande en referencia al nuevo bienestar que tiene que ver con el hábitat, que tiene que ver con la salud mental, con la salud física y también con la alimentación, cómo producimos alimentos para todos. Se trabaja en alianza con el Ministerio de Salud y con el Ministerio de Ambiente. ¿Cómo lo trabajamos? Partimos de desafíos. Ahora tenemos un desafío en términos de Riachuelo, hemos trabajado con ACUMAR para generar una red de sensores, para generar datos de manera continua en las inspecciones que hace ACUMAR. Antes ACUMAR llegaba, visitaba una fábrica, una empresa, veía cómo se comportaba y volvía a hacer una visita dos meses después. Ahora, pasamos un sistema de control continuo, que necesita aún una validación legal, porque la ley sigue dándole un peso a las inspecciones. Esto habla de cómo tiene que transformarse todo: el ecosistema, la máquina institucional completa. Pero hoy tienen datos para saber dónde tienen que ir inspeccionar y esto se ha hecho con tecnología argentina. Cinco pymes son proveedoras de este sistema de control en la cuenca Riachuelo - Matanza. 

También estamos impulsando, hoy por hoy, el aprovechamiento de biomasa, como fuente energética, lo que es basura transformarlo en energía. Estamos trabajando con envases inteligentes, para que se conserven más tiempo los alimentos; estamos trabajando para aprovechar todo lo que tiene que ver con gestión de residuos en los ambientes urbanos; así que hay un conjunto de iniciativas que nos va marcando la agenda el Ministerio de Ambiente y nosotros vamos transformando esa agenda en desafíos tecnológicos y convocamos a nuestro sistema universitario y científico a tomar la posta, por supuesto, van a tener una ayuda económica de nuestra parte, pero la idea, el empuje lo están poniendo ellos. Y, en muchos casos, son iniciativas de formato público - privada, porque también es una oportunidad para que nuevas empresas participen en este sector de productos y servicios que es totalmente emergente, que hoy tiene mucha fuerza y que seguramente va a ser también una industria en el futuro. Así que lo ambiental importa no sólo desde lo moral, sino también desde la transformación y la oportunidad que puede generar en materia de innovación.

Calvo: Es claramente una agenda también para el sector cooperativo establecido en la Fundación COLSECOR. Fernando, mil gracias por esta conversación, esperemos tenerte en Córdoba en algún momento, recibirte en nuestra casa cooperativa y seguir pensando proyectos integrados con la Agencia.

Peirano: Todos estos desafíos, en las formas de ver, de organizarnos distinto, el ambiente de la ciencia y la tecnología tiene enormes coincidencias con el ambiente cooperativo, con la generación de bienes públicos o semi públicos que también se necesitan en materia de infraestructura para que todo esto funcione, así que siempre es un diálogo con muchas coincidencias y hacen que uno termine entusiasmado, con ganas de transformar. Seguramente, cuando esté por Córdoba, los voy a poder visitar y vamos a seguir avanzando juntos.

 

Fotos: Agencia I+D+i

Suscribite al newsletter

Fundación COLSECOR

* no spam